¿Qué siembro en mi jardín?
“Tu corazón está lleno
de semillas fértiles esperando a brotar”
Morihei Ueshiba
Cada
vez que pensamos en comprar una planta nueva para casa o poner semillas en
algún tiesto, siempre pensamos lo bonito que saldrá después de un tiempo, o lo
bien que quedará en nuestra terraza o jardín.
Pero
parece que en “nuestro jardín”, nuestra vida, no somos tan considerados y sin
darnos cuenta dejamos entrar plantas y semillas traídas por jardineros de
distinta condición.
¡Ahí va
el error!
Hay
tantos “jardineros” como personas somos sobre el planeta y tantos en tu vida
como aquellas personas que acceden a ti.
Hay productores de unidad, crecimiento, armonía, esperanza, motivación,
fusión, bondad…. Pero también los hay
que siembran semillas de discordia, problemas, dolor, separación, etc.
Entonces….
¿Abrir
nuestro jardín…?
Pues
sí, ¡claro que sí! Pero con cuidado porque hemos de protegernos de esas
“semillas negativas”
Hemos
de aprender a seleccionar y proteger nuestra vida de esas influencias externas
negativas que nos convierten en sus rehenes y de las que con el tiempo bajo su
sombra nos es difícil (no imposible) salir.
Lo
mismo que quieres ver tu terraza, tu ventana, tu jardín, con flores hermosas y
colores preciosos. Del mismo modo que
“compras” todo esto con esa idea, la de embellecer tu entorno, has de hacer con “tu propio jardín”, que es
el más valioso…. Tu vida.
Entonces….
Hemos
de aprender a ser jardineros vigilantes para que la cosecha que sembremos en
nosotros sea positiva, hermosa, fructífera, valiosa; llena de energía que nos
haga crecer no encogernos y achicarnos.
Esto no
es otra cosa que un paso más hacia el bienestar personal, que si lo conseguimos
también influirá en el bienestar de quienes nos rodean.
Entonces…
¡Hay
que optar por lo positivo y bueno!
Y
sembrar en nosotros semillas que con su desarrollo nos nutran y sí,
alimentarlas para que florezcan hermosas.
Las
otras, las negativas….
¡Arrancarlas
de raíz!
Almudena
Alcaide Martín
Salud Emocional
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