Gestiona tu ira
“La ira es como el fuego; no se
puede apagar sino al primer chispazo. Después es demasiado tarde”
Giovanni Papini.
La ira es una
emoción natural que todo nosotros sentimos alguna vez. Sin embargo, cuando la
ira se vuelve intensa, frecuente e incontrolable, puede generar problemas en
nuestras relaciones, en el trabajo, en nuestra persona y en nuestro bienestar
general.
¡Es entonces
cuando se hace necesario “el control de la ira”
El manejo de la
ira se refiere a las habilidades y técnicas que podemos utilizar para manejar
eficazmente nuestra ira y evitar que se convierta en conductas destructivas.
Inconscientemente, la ira se puede utilizar de muchas maneras.
No, no se hace
de un día para otro y la tarea necesita de nosotros voluntad y constancia, pero
primero de todo y para poder empezar este trabajo, necesitamos ser conscientes
de que hemos de aprender a manejar ese descontrol emocional que, en este caso,
es la ira.
El manejo de la
ira es un proceso complejo que implica una combinación de estrategias
cognitivas, conductuales y emocionales. Echemos un vistazo más de cerca a
algunos de los elementos clave del manejo de la ira.
·
Las estrategias cognitivas consisten en
cambiar la forma en que pensamos ante una situación que desencadena nuestra
ira. Por ejemplo, en lugar de asumir inmediatamente lo peor de las intenciones
o motivaciones de una persona, podemos aprender a replantear nuestros
pensamientos de una manera más positiva. Esto puede incluir cuestionar
suposiciones y creencias negativas, practicar la empatía y la comprensión y
centrarse en la resolución de problemas en lugar de culpar.
· Las estrategias de comportamiento implican
cambiar la forma en que respondemos a nuestra ira. Esto puede incluir aprender
nuevas habilidades de afrontamiento, como técnicas de relajación, comunicación
asertiva y resolución de problemas. Las estrategias de comportamiento también
pueden incluir evitar o alejarse de situaciones que desencadenan nuestra ira.
·
Las estrategias emocionales implican
cambiar la forma en que experimentamos nuestra ira. Esto puede incluir
practicar la autocompasión, la atención plena y la aceptación.
La ira es una
emoción normal y necesitamos expresarla. Si aprendemos a reconocer y aceptar
nuestra ira, podemos evitar que se convierta en emociones más destructivas como
la vergüenza, la culpa o el resentimiento.
En general, el
manejo de la ira requiere una combinación de estas estrategias cognitivas,
conductuales y emocionales. Al desarrollar un plan personalizado de manejo de
la ira que incorpore estas estrategias, podemos aprender a manejar nuestra ira
de manera efectiva y mejorar nuestro bienestar general. También es importante
buscar ayuda profesional si nuestra ira está afectando significativamente
nuestra vida diaria o nuestras relaciones.
Entiende que la
ira nos arrebata la inteligencia y la razón, con lo que todas las acciones que
hagamos bañados en ella, nunca, nunca resultarán positivas ni para nosotros ni
para nuestro entorno.
Almudena
Alcaide Martín
Salud Emocional
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