Piedras emocionales

 


“Cuida tus propias emociones y nunca las subestimes.  Son potentes armas de fuego que podemos utilizar a nuestro favor o contra nosotros”

 

Robert Henri





Un día, Buda estaba paseando tranquilamente cuando Devadatta, (primo y enemigo férreo), le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina con la intención de acabar con su vida. La roca cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. Buda se dio cuenta de lo sucedido y se mantuvo impasible, sin perder la sonrisa de los labios.

Días después, el Buda se encontró con su primo y lo saludó afectuosamente.

Muy sorprendido, Devadatta preguntó:

-         ¿No estás enfadado, señor?

-         No, claro que no.

Sin salir de su asombro, inquirió:

-         ¿Por qué?

Y el Buda dijo:

-         Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.

Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo puede ser olvidado.

 

 

 

Con frecuencia tomamos “piedras” que ni siquiera nos rozan, pero aun así nos agachamos a recogerlas y las portamos durante mucho tiempo.  Una y otra vez hacemos esto y nuestra “mochila emocional” se va cargando de cantidad de piedras que sólo nos ralentizan el alma y nos impiden continuar con alegría cada día.

Tal vez ha llegado el momento de ver qué piedras llevas en tu “mochila” y ¿por qué no? Hasta vaciarla.

Como ya sabes pasamos mucho tiempo de nuestra vida acumulando…. Cosas, pensamientos, emociones y muchas veces ¿para qué?

Somos reacios a dejar, a perder, a tirar, a vaciar ofuscados como estamos en el dolor y el daño que se nos hizo, pero,  es cierto que guardar tanto supone un ahogo considerable.

El contenido que llevemos en nuestra alma ha de ser mucho a lo largo de nuestra vida, sí; pero tan liviano que no suponga ningún esfuerzo portarlo.  Si nos duele, nos pesa, nos molesta…. ¡algo va mal!

Así que…. ¡fuera!

¡Sin peso se camina mucho mejor!

¿Te atreves?

Pues entonces este es el “ahora”.   Este es tu tiempo de liberarte de cargas que no te sirven para nada.

¡Venga, ánimo!

 

 

 

 

Almudena Alcaide Martín

Salud Emocional

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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